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Apunte al dolor crónico
El uso de la luz como forma de terapia y curación existe desde hace siglos. La terapia con láser de baja intensidad es un nuevo campo terapéutico en rápido crecimiento con el que se ha reunido un gran volumen de investigaciones que avalan su validez. Es posible que haya oído hablar de ella con otros nombres, como: láser frío, láser suave, bioestimulación o biofotomodulación. Estos láseres no son los mismos que los láseres de alta potencia que se utilizan en cirugía para cortar y quemar tejidos. De hecho, el tratamiento con láser de baja intensidad es 100% indoloro. Independientemente del nombre que les demos, hoy en día hay pocas dudas de que la fototerapia con láser administrada correctamente tiene numerosos efectos positivos sobre la inflamación, el dolor y la curación a través de vías biológicas tanto a nivel celular como del organismo en su conjunto.
Los efectos beneficiosos documentados de la terapia láser en medicina son: reducción de la inflamación y la hinchazón, aceleración de la reparación de tejidos/lesiones y curación de heridas, efectos bactericidas y antifúngicos y reducción del dolor, especialmente del dolor crónico. Para añadir a la gran historia de la terapia láser, casi no hay limitaciones en cuanto a quién puede beneficiarse y hay incluso menos efectos adversos o riesgos potenciales.
La física de la luz es, como mínimo, compleja. Pero debemos entender un par de cosas fundamentales sobre ella. La partícula más pequeña de la luz es el fotón. Cada uno tiene una longitud de onda que es definitiva para su energía. Einstein clasificó los fotones como partículas ondulatorias. Para que nuestras células, y por tanto nuestro cuerpo, se beneficien de la energía de la luz, estos fotones deben ser absorbidos. Ahí está la esencia de la aplicación clínica de la luz láser. La potencia del láser, la longitud de onda, la intensidad de la luz, la duración del tratamiento y la ubicación del objetivo terapéutico son factores clave para elegir y ajustar las opciones terapéuticas con luz láser.
La terapia láser afecta a las células tanto desde el punto de vista biológico como físico. Desde el punto de vista biológico, algunos de los efectos positivos de la terapia láser son: aumento del flujo sanguíneo; aumento/mejora de la energía de las células (producción de ATP); efectos positivos sobre la química celular, los factores de crecimiento y las proteínas; mejora de la comunicación celular y liberación de los efectos perjudiciales de la oxidación.
NMR utiliza el láser Erchonia FX635, el único láser de clase 2 que ha sido autorizado por la FDA para todos los problemas de dolor musculoesquelético crónico, incluyendo pero no limitado a: dolor de espalda, dolor de cuello, dolor de hombro y rodilla y fascitis plantar / dolor de pies. Esta terapia no invasiva y sin dolor mejora la calidad de vida sin cirugía, tiempo de inactividad ni efectos secundarios. Con esta opción los pacientes evitan los opioides y los efectos a largo plazo de los medicamentos para el dolor.
Para obtener más información sobre cómo la terapia con láser de baja intensidad puede ser una parte importante de su plan para combatir el dolor crónico, aproveche nuestra consulta gratuita en Somerset, NJ.
Fisioterapia West End
Afiliado de Medicina Natural y Rehabilitación
